Bitácora de mis lecturas
La verdad es que me ha durado bien poco, a pesar de sus 640 hojas. Reconozco que hacía tanto que no leía un novelón de estos que lo empecé con temor, deseando que no se me hiciera aburrido y la verdad es que ha sido una lectura redonda.
Yo creo que esta novela gustará, sin duda, a quienes disfrutan del género histórico, pero también a todos los que nos encantan los libros, no sólo leerlos, sino que sean nuestros, conservarlos en nuestras estanterías, para verlos, tocarlos, olerlos. En fin, a todos los bibliófilos. (…)
Tanto Nikolas como Lorenz están retratados magistralmente, pero ambos estarán rodeados de otros personajes que con su presencia dan cuerpo a una historia estupenda.
«La reproducción más rápida de un libro hará que se disipe el dominio que se ejerce sobre él, sobre su historia y su recorrido. Perderá su exclusividad, sí, en eso te doy la razón. [...] Pero a cambio ayudará a que personas con pocos recursos tengan la posibilidad de leerlo, de que el saber se transmita sin que nadie manipule su difusión, de que ni el dinero ni la religión corten las alas del que quiera aprender.»
Y de eso trata esta historia. De la lucha y el esfuerzo de unos pocos por acercar los libros, la cultura y el saber a los que menos oportunidades tienen, para que nadie los engañe, ni manipule la información. Una historia muy amena, con su misterio e intriga, secretos, amor, corrupción, venganza y justicia, estupendamente documentada, pero que no te atosiga con la información, te la va dando poco a poco y en ningún momento se hace pesado. La verdad es que teniendo en cuenta la época que vivimos, donde parece que los libros acabarán desapareciendo en favor de nuevas tecnologías, es un placer leer una historia donde se los trata como auténticos tesoros.
http://bitacorademislecturas.blogspot.com.es/2011/03/el-taller-de-los-libros-prohibidos.html
Andrés Vidal demuestra ser un escritor excepcional: es capaz de contar toda la vida de los protagonistas al más puro estilo de “Los pilares de la tierra”. Pero con la salvedad de que “El sueño de la ciudad” ofrece una lectura ágil y fluida, donde nunca se te hace pesado leerla, puesto que no hay descripciones interminables, y todo lo que te cuenta es por algo. No hay palabras vacías.
Esta es una novela bien desarrollada y documentada de forma fehaciente. Relato sumamente cuidadoso, donde todo está expuesto en la justa medida. La trama evoluciona de una forma conexa, siendo la parte final la que toma una mayor importancia imprimiendo una mayor agilidad a la historia.
Mi primer contacto con el autor ha sido una grata sorpresa. Con gran maestría nos transporta a la Barcelona del año 1914 recorriendo sus calles, su gente y su arte en todo su esplendor a través de los protagonistas, los cuales están caracterizados muy cuidadosamente. No menos importantes son los personajes secundarios, también muy bien trazados y partícipes del relato, pero sí he de destacar a alguno en especial sería a Guillermo, el hermano pequeño de Dimas. Él es encantador, una mezcla de la inocencia y picardía infantil.
A una novela histórica le pido que me transporte a una época atractiva, a un pasado que cuente con sabios ingredientes que sepan llamar mi atención. El taller de los libros prohibidos recrea el momento clave para la evolución de la literatura; ¿cómo iba a alejarme de semejante historia? Eduardo Roca nos regala un maravilloso retrato de la Colonia del siglo XV. Tanto es así que yo, que no conozco la ciudad, he recorrido sus calles, he visitado su excelsa catedral y he atisbado muchos de los rincones que hacen de una localidad algo especial. La recreación física es tan precisa como fastuosa y ejerce de inteligente complemento para ayudarnos a ubicarnos en la época y el lugar adecuados. Por otro lado, el estilo cuidado del autor nos permite avanzar por las páginas del libro con un gusto exquisito y absoluto.