Publicado en El Confidencial (Agencia EFE). 01-03-15. Autor: Jose Oliva
El escritor Màrius Mollà evoca los inicios de la Escuela Moderna a través de un discípulo de su fundador, Francesc Ferrer i Guardia, ejecutado por su supuesta participación en la Semana Trágica, en su novela histórica "El maestro", con la que abandona el seudónimo de Andrés Vidal.
Como Andrés Vidal cosechó éxitos de ventas con tres novelas históricas, "La herencia de la tierra", "El sueño de la ciudad" y "El Mar de los Hombres libres", esta última ambientada en el período de la Revolución Francesa, que se saldaron con más de 100.000 ejemplares vendidos.
En "El maestro" (Ediciones B), Mollà se sitúa en 1914, cuando el protagonista, Emili Boix, viaja en tren desde Francia a Barcelona y decide instalarse cerca del macizo del Montseny, donde entra a formar parte de una pequeña comunidad de leñadores.
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Publicado en 25-02-15 - El Periódico de Catalunya
Màrius Mollà hace vivir a un profesor de la Escuela Moderna las duras condiciones de trabajo en los bosques a principios de siglo
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Es complicado, y poco común de ver, que un autor encadene tres éxitos consecutivos, y más aún si se trata de sus tres primeras novelas. Leí La herencia de la tierra sin conocer a la persona que se escondía tras el pseudónimo de Andrés Vidal y me encontré con una historia maravillosa. Meses después, me acerqué a El sueño de la ciudad con cierto temor, ya que las expectativas abrigadas podrían oscurecer el resultado. No solo no fue así, sino que la novela me pareció magnífica. Hace tan solo días se ha publicado El mar de los hombres libres, la nueva apuesta del autor, y de nuevo la comencé con una mezcla de ilusión y miedo. ¿En qué han desembocado ambos sentimientos? En la mejor novela que he leído este año.
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El mar de los hombres libres es una novela perfecta, redonda. En ella Andrés Vidal se ha dejado convencer, muy acertada y sabiamente, por un argumento ambicioso que llevará al lector a un sinfín de sentimientos. Se trata de un libro muy completo que aúna elementos de diferentes géneros que no hacen sino ensalzar, más si sabe, la extraordinaria historia que cuenta: la brillante recreación histórica de la Revolución francesa, el imperio napoleónico y la restauración monárquica; las emocionantes aventuras, vividas por un soldado y corsario; las excepcionales descripciones de los paisajes por los que transcurre la trama; la fuerza insondable e imperecedera de un amor grande como pocos... Es una novela histórica, romántica, de aventuras, de paisajes. ¿Alguien da más?
Màrius Mollà, el ingeniero que se oculta tras el nombre de Andrés Vidal, ha vuelto a superarse. Y no es cuestión baladí, porque ya su anterior novela se convirtió en una de mis preferidas del año pasado. No sé qué lecturas me deparará este 2013, pero estoy seguro de que pocos libros lograrán empañar la majestuosidad de El mar de los hombres libres. Una historia que lo tiene todo, que promete disparos certeros al corazón del lector y que me ha dejado un poso de alegría y tristeza a partes iguales. Alegría al descubrir una novela que hace gala de una perfección natural, y tristeza al dar por terminada mi relación con Christophe Marchand, un personaje que permanecerá en mi memoria durante muchos, muchos años. Resumiré mi opinión, por si no me he explicado bien, en una sola palabra: ¡leedla!
http://www.traslalluvialiteraria.com/2013/05/el-mar-de-los-hombres-libres-de-andres.html#comment-form
Publicado el 20 de may de 2013 - LA RAZÓN
Carlos Sala
Después de vender más de 100.000 ejemplares de sus dos primeras novelas, el autor Andrés Vidal se vio envuelto en un aura de misterio. Lo único que se sabía es que el nombre era un pseudónimo, pero ¿quién era realmente, acaso un escritor de prestigio?, ¿quién se escondía realmente detrás de ese nombre?, y ¿cuál era su secreto para atrapar así a sus lectores? Con su tercer libro, «El mar de los hombres libres» (Planeta), el misterio está resuelto. Andrés Vidal es Màrius Mollà, un ingeniero industrial que ha recorrido medio mundo debido a su trabajo y que está enamorado de la magia de las historias bien explicadas. «Al principio , me escondí en un pseudónimo por timidez. No quería que se me juzgara como un ingeniero, quería que las novelas se defendieran por sí mismas, pero para poder comunicar mejor mis historias vi que necesitaba el contacto personal», asegura.
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